La libra escocesa (en escocés: Pund Scots) fue la moneda de curso legal en el Reino de Escocia antes de su unión política y monetaria con el Reino de Inglaterra en 1707. Fue introducida por David I siguiendo el modelo monetario inglés y francés, por lo que cada libra escocesa se dividía en 20 chelines y cada uno de estos chelines, en 12 peniques. Más tarde la moneda escocesa fue devaluada en relación a la libra esterlina y, en épocas de Jacobo III, la libra esterlina tenía un valor de cuatro libras escocesas. Pese a que en la actualidad la libra escocesa no existe, los tres bancos nacionales de compensación principales de Escocia (el Royal Bank of Scotland, el Banco de Escocia y el Clydesdale Bank) siguen imprimiendo libras en papel para circulación doméstica. Estos billetes son aceptados en todo el Reino Unido, pero en especial son vistos en Escocia, y tiene el mismo valor que las libras esterlinas del Banco de Inglaterra en Inglaterra y Gales.
Otras cotizaciones